Hasta hace pocos meses yo era de los que le tenía una alergia especial al esmoquin. El corte demasiado clásico, las forma y ese terrible temor a parecer el chico del servicio hacía disminuir mi atención hacia esta elegante prenda.
Pero llegó el día en el que por dresscode tuve que enfundarme en uno, y con miedo, allí fui a probármelo. Tal fue mi sorpresa que creo que desde entonces sueño con volver a vestir de esmoquin y conquistar las cotas del buen gusto.¿Quieres las claves para llevar esmoquin y no parecer el camarero de la fiesta? ¡Aprovéchalas para Navidad!
El tamaño importa
La primera clave es fundamental y no solo se aplica a esta pieza, tienes que tenerla muy presente a la hora de escoger un traje. ¿Pero qué tamaño? Empezamos por el pantalón, muy atentos al bajo, busquemos un término medio, no tienes que llevarlos como un pitillo con la vuelta dada (roll-up, lo llaman) ni tampoco que parezca que aún estás esperando a pegar el estirón.
Con la chaqueta nos pasa lo mismo, muy atentos al largo de las mangas, no deben sobrepasar la muñeca y cuando giremos el brazo no tiene por qué irse mucho más allá. Se trata de presumir de gemelos ¿No? Otro punto importante, fundamental y necesario es el largo de la chaqueta, a la altura de la cadera.
¡Nadie dijo que llevar esmoquin significaba llevar un abrigo tres cuartos! Incido en esto porque va a ser el punto de inflexión entre vernos como ese camarero del que hablábamos al que le han dejado el esmoquin a última hora y se lo ha plantado sin más a verte como un caballero elegante y estilizado.
El esmoquin pieza a pieza
Diferentes opciones del esmoquin
El principal problema a la hora de ir en busca de nuestro esmoquin es que a veces no nos compensa las veces que lo vamos a usar con el precio. Un esmoquin a medida o de una tienda de sastrería nos puede resultar muy caro pero hoy en día tenemos chaquetas de esmoquin en todo tipo de tiendas.
El problema de este tipo de chaquetas es que es difícil arreglar y como hemos visto antes es muy importante que nos quede perfecta. Otra opción muy socorrida son las tiendas de alquiler de trajes, que con el arreglo incluido puede salirte la pieza completa por unos 65€.
Una vez que tengamos el sitio, sabemos que el esmoquin principalmente puede ser en negro o en blanco (aunque también podemos optar por otros colores). Apostar por un esmoquin en blanco es una opción muy arriesgada, mejor no lo hagas si no tienes todas las cartas a tu favor.
La camisa
Yo me niego a llevar una de esas camisas de esmoquin con los cuellos hacia arriba¿Qué somos M.A.M en Upa Dance? El protocolo acepta intercambiarla por una camisa de cuello inglés que combinará bien después con la pajarita. Es preferible que sea de puño doble pero si no la encontráis tampoco pasa nada.
En Zara y otras tiendas low-cost hay mucha variedad de estilos tanto en cuello como en puños incluso he visto opciones de la botonadura en negro, una propuesta muy utilizada entre los que se atreven con el esmoquin. Si lo tuyo es la compra online, estas que vemos aquí son de Asos.
El fajín ¿sí o no?
Yo voto claramente sí. Nos remarca la figura y hace nuestras piernas más largas. Además, es la forma perfecta de reducir los excesos de polvorones y otros productos navideños. Si no puedes respirar, no se respira, dicen que para presumir hay que sufrir ¿No?
La pajarita
En este punto hay que tener cuidado, que de nuevo, el tamaño importa. Seguro que llegados hasta esta elección y salvados los obstáculos de parecer lo que no eres (evitar sobre todo que te pidan que le lleves una cerveza), no apuestes por una mega pajarita. Un tamaño normal, discreta pero con un tejido elegante.
Los zapatos
Y por último los zapatos. ¿Cómo vamos a hacerlo con eso de los zapatos? Si estás pensando en pasarte de moderno y optar por unas slippers, te recomiendo que se te vaya la idea de la cabeza. Mejor ir a lo seguro y decantarse por unos zapatos de charol de punta redondeada.
Y con estas claves, ya puedes preocuparte por el peinado y por llevar un buen perfume (y ya para poner la guinda, un bonito pañuelo), la noche está hecha.